El liderazgo no es un título. No importa lo que diga su tarjeta de presentación, nunca podrá ser nombrado líder. El liderazgo debe ganarse. Ciertas personas tienen la capacidad de afectar la vida de los demás con sus acciones, ideas y palabras. El difunto Steve Jobs lo dijo mejor: «El liderazgo se trata de motivar a las personas a hacer cosas que nunca pensaron que podrían hacer».
Hombres como Gandhi, que lideró un movimiento no violento y expulsó a los colonos británicos de la India, o el Dr. King, que inspiró a toda una generación de afroamericanos a luchar por los derechos civiles, no tienen títulos de liderazgo ni puestos gubernamentales específicos. Su impulso y entusiasmo por una causa mayor que la suya inspira a otros a seguirlos.
Creo que los líderes tienen cuatro características innatas. Mientras que algunas personas nacen con estas características, otras se toman el tiempo para aprenderlas y aplicarlas.
1 – El líder se hace cargo
La mayoría de las personas se sienten cómodas ajustándose a las vidas y roles con los que nacieron. Llevan vidas mediocres y ordinarias y nunca alcanzan su potencial. Y aquellos que se destacan por desafiar el status quo, buscando mejorarse a sí mismos y a su entorno. Los que se niegan a aceptar las cartas que les reparten y buscan cambiar las reglas del juego. Los verdaderos líderes toman posesión de sus vidas. No dejan que otros definan su camino o que las circunstancias les impidan dar el siguiente paso en la vida.
Los líderes también se apropian de las personas y los entornos en los que operan. Pero eso no significa que los líderes hagan todo por sí mismos. Los grandes líderes dominan el arte del empoderamiento. Un error común que cometen muchos líderes es delegar en lugar de delegar. Cuando bajas de categoría, renuncias a tu responsabilidad. Cuando delega, su ayuda afecta el resultado, aunque otros hacen la tarea real. Usted sigue siendo responsable de los resultados. La propiedad es un impulsor de la rendición de cuentas. Por lo tanto, es importante recordar que delegar es una tarea, no una responsabilidad.
2 – Empoderamiento del líder
Como seres humanos, tenemos un sentido innato de pertenencia. Pertenecer a una comunidad, a una clase, a una cultura. La historia nos dice que este sentido de pertenencia a menudo se manifiesta como un deseo de ser parte de algo más grande que nosotros. Entonces, cuando un líder nos muestra un camino para mejorar, no solo como individuos, sino como parte de un grupo más grande, desarrollan un sentido de confianza en los demás. Esta confianza es inherentemente verdaderamente empoderadora. La confianza ayuda a construir puentes desde donde estamos hasta donde podemos y debemos estar. Un gran líder sabe cómo elevar a los demás y empoderarlos para que crean en sí mismos.
Un líder no se mide por cuánto ha mejorado él mismo, sino por cuánto ha mejorado la vida de los demás. En la mayoría de los casos, el fracaso es simplemente el resultado de la falta de confianza en uno mismo. Los líderes ayudan a construir esa creencia desafiando los estándares a los que la gente está acostumbrada y sacándolos de su zona de confort.
3 – Los líderes tienen un propósito
Los líderes tienen objetivos más grandes que ellos mismos. Cuando ese propósito sirve al bien común, se convierte en una plataforma para un gran liderazgo. Gandhi resumió su filosofía de vida en una frase: «Mi vida es mi mensaje». Esta cita dice mucho sobre cómo eligió vivir su vida y compartir su mensaje de no violencia, compasión y verdad con el mundo.
Cuando tienes un propósito más allá de ti, la gente lo verá y se identificará con él. Impulsado por objetivos define la nobleza de carácter de una persona. Inspira a otros. Esencialmente, sus objetivos de liderazgo se derivan de quién es usted, quién es usted.
El propósito es la diferencia entre un vendedor y un líder, y en última instancia, el líder es el que tiene un impacto en el mundo.
4 – Cuidado del Liderazgo
El sello distintivo de un gran líder es su cuidado y preocupación por su gente. Mostrar empatía por los demás no es una foto de relaciones públicas, es una característica inherente que los demás pueden sentir y escuchar cuando estás contigo. Está en la calidez y el tono de tu voz. Está en cada acción que realizas.
Los líderes solidarios realmente se preocupan por los demás. Se esfuerzan por comprender mejor a las personas con las que trabajan. No es solo por consultas simbólicas de vez en cuando, sino porque realmente quieren conocer a sus empleados y alentarlos a ser lo mejor que puedan ser. Cuando el cariño es genuino, está entretejido en todo lo que haces.
Como ha demostrado la historia, dictadores, señores de la guerra y conquistadores como Alejandro Magno y Genghis Khan pueden haber liderado grandes ejércitos, pero después de su muerte, nadie recuerda el mensaje que transmitieron durante su vida. En cambio, solo son recordados por las tierras que conquistaron.
Por otro lado, líderes históricos como Gandhi, la Madre Teresa, Martin Luther King Jr. y Nelson Mandela se definieron por su preocupación por su pueblo. Su legado ha influido en los sistemas de creencias en los que operamos y gobiernan nuestra vida diaria, incluso hoy. Para mí, este legado significativo arraigado en la compasión es lo que hace a los grandes líderes.
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