¿Alguna vez has experimentado un fracaso que te hizo no querer levantarte de la cama? Acabo de regresar de un concurso de oratoria y no puedo pasar a la siguiente ronda. Practiqué mucho pero no pude encontrar información satisfactoria. Trabajo duro, pero siento que mis esfuerzos son en vano.
Quería redimirme de inmediato, pero sabía que no podía. Voy a tener que esperar y vivir con un año de negatividad hasta el próximo juego. Los grandes fracasos pueden destruir tu autoestima, confianza y motivación. Su moral está baja y cuestiona sus objetivos y su autoestima. Levantarse de la cama duele y no quieres volver a intentarlo.
Si bien quedarse en la cama suena bien, debes levantarte. Incluso si el fracaso te pincha el corazón, debes seguir avanzando hacia el futuro.
Volver a motivarse es difícil, pero puedes decirte algunas cosas para volver a sentirte positivo:
1. El fracaso está destinado a suceder
Todo el mundo quiere evitar el fracaso, pero no se puede tener éxito sin él. El camino al éxito tiene varios fracasos, que son inevitables. El éxito no es el viaje tranquilo que uno podría imaginar.
Antes de perder, había ganado otros concursos de oratoria. Tengo una sensación de invencibilidad, pero desafortunadamente sé que no durará. Por mucho que odie el fracaso, es parte de la vida. No puedes mantener el éxito sin encontrarte con el fracaso. Eventualmente fallarás. No significa que estés tratando de fallar a propósito, pero tiene que suceder en algún momento.
“La medida del éxito es qué tan alto te recuperas cuando tocas fondo.” – Jorge Patton
2. Habrá segundas oportunidades
A menos que dejes de perseguir tus sueños por completo, siempre habrá una oportunidad de volver a intentarlo. Es difícil de aceptar después de un gran fracaso, pero en el fondo sabes que es verdad. Aunque perdí el juego, sé que habrá otro juego el próximo año. Ha sido una larga espera, pero podré competir y, con suerte, tener éxito donde he fallado antes. La vida es lo suficientemente larga como para tener muchas oportunidades para lograr tus objetivos. Las cosas pueden cambiar y es posible que no enfrentes la misma situación que antes, pero eso no significa que el éxito se haya ido para siempre.
3. Puede haber algo que aprender
Si bien nos encanta aprender de nuestros éxitos, nuestros fracasos aún pueden enseñarnos algunas lecciones. Revisar su fracaso puede darle una idea de por qué las cosas resultaron como lo hicieron y cómo detenerlo la próxima vez. ¿No estás tan listo como querías? ¿Distraído por otros problemas? ¿Subestimar los obstáculos que tienes que superar?
He hecho todo esto y más, lo que ha resultado en fracasos de los que no estoy orgulloso. Todavía voy a ver lo que puedo cambiar la próxima vez. Puede ser doloroso mirar estos errores y ser honesto conmigo mismo, pero me ayuda a ver qué podría haber hecho de manera diferente. No dejes que se te escape la oportunidad de aprender, porque la reflexión duele. Si sabe qué se puede mejorar, trátelo como una experiencia de aprendizaje.
4. Deja de pensar «ese debería ser yo»
Debería cerrar ese trato. Yo debería ser el que tenga el trofeo. Yo debería experimentar el éxito y no esa persona. Es fácil caer en esta mentalidad, especialmente si estás muy cerca del éxito. No puedes evitar pensar que mereces el éxito en lugar del fracaso, pero eso puede llevarte a la trampa del pasado. Te hace volver a imaginar el fracaso como un éxito, y se siente genial. Quieres vivir en ese mundo.
Esta no es una buena idea. Al creer que deberías haber tenido éxito, no avanzaste. Tu cerebro reproduce ese momento y te convence de que todos los demás están equivocados y tú tienes razón. Es difícil resistirse, e inevitablemente tendrás ese pensamiento, pero el éxito no es pensar en lo que debería ser. Se trata de investigar qué puede pasar.
5. No eres solo tu fracaso
Te sientes miserable después de fallar en algo por lo que has estado todo. Si eres capaz, si eres quien dices ser, no fallarás. Pero como no tuviste éxito, no debes ser tan bueno como pensabas. Hablar en público es mi especialidad y me frustro cuando fallo. Siento que si no soy bueno en mi carrera, soy un perdedor. Mi valor total como persona no existe si no puedo ser el mejor orador en la sala.
Pero el fracaso no significa que seas incompetente. Todos fallan, incluso las personas exitosas que admiras. El fracaso no significa que estés condenado a la mediocridad, solo significa que tienes más trabajo por hacer. Has tenido éxito antes, lo que significa que no eres tan malo como crees. El fracaso no refleja tu capacidad. Puede que tengas que cambiar, pero nunca pierdes tu potencial.
“Una persona que nunca ha cometido un error nunca ha probado nada nuevo.” – Albert Einstein
Durante mucho tiempo, tuve que vivir con el fracaso, pero cada vez que lamía mis heridas me preparaba para mi próxima oportunidad de tener éxito. El fracaso siempre es doloroso, especialmente cuando es grande. Cuestionas tus propias habilidades y tus posibilidades de éxito futuro.
La buena noticia es que siempre habrá otro momento exitoso. El fracaso es parte de la vida y sucede, pero no tienes que fallar dos veces de la misma manera. Aprender de tus fracasos y saber que eso no define tus habilidades te permite liberarte del pasado. No tienes éxito hoy, pero siempre hay un mañana.
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