Con la asombrosa cantidad de mujeres que participan en las marchas de mujeres en todo el mundo y el aumento de las voces femeninas en los movimientos «Time’s Up» y #Me Too, tanto hombres como mujeres se están enfocando en el poder que tienen las mujeres para unirse y unirse. Crear cambio. Las mujeres están hablando, no solo sobre el acoso o la igualdad salarial, sino sobre el impacto de sus roles estereotípicos en la sociedad y los actuales desequilibrios en las estructuras de poder que existen en las instituciones y organizaciones.
A medida que más y más mujeres se unen y se ponen de pie para hacer valer sus voces, posturas y/o posiciones de poder, falta algo en nuestra psique que puede convertirse en una barrera inconsciente.
Es algo profundo, sutil e inconsciente.
Creer de verdad que somos verdaderamente poderosos, capaces, capaces, creíbles y valiosos.
Tiene… una confianza inquebrantable.
Como entrenadora ejecutiva, disfruto trabajar con mujeres poderosas en roles de liderazgo y participar en conversaciones profundas sobre sus pensamientos, ambiciones, metas y desafíos. El mayor desafío que encuentro con las mujeres con las que trabajo no es cómo manejar una situación, o su necesidad de desarrollar una habilidad o volverse más competente en algo. En cambio, veo que un desafío común al que se enfrentan las mujeres es superar su propio pensamiento incompetente. Sus propias creencias y patrones de pensamiento más profundos los retienen más fácilmente que cualquier otra cosa que no sean ellos. Esencialmente, no es una falta de confianza en uno mismo, sino una confianza en uno mismo frágil y dependiente de la situación que va y viene, parpadeando como una bombilla con cortocircuito. Pasa por alto su fuente de energía y les impide usar toda su potencia.
La confianza es algo que escuchamos mucho. «Aférrate a ti mismo, no dejes que otros te pisoteen, di tu verdad» es un consejo común.
Otros dedican tiempo a arreglar su apariencia e imagen para obtener la atención positiva de los demás y ayudarlos a sentirse más seguros. O nos dicen que nos mantengamos erguidos en poses de poder, y automáticamente nos volvemos más seguros y parecemos fuertes frente a los demás.
Si bien todos estos consejos pueden ser útiles, descubrí que no duran, y las mujeres necesitan esa confianza inquebrantable para moverse verdaderamente hacia su ser más fuerte. La confianza es un hábito. Se deriva de patrones de pensamiento y comportamientos repetitivos, de una fuente de motivación más profunda y sólida. No provoca ni enfada, ni busca reproches. Incluso puede ser modesto y silencioso, pero su poder y energía se pueden sentir.
Aquí hay 5 hábitos de una mujer verdaderamente segura:
- ella piensa empoderando la mente
Los hábitos de pensamiento que se desenfrenan en nuestras mentes pueden socavar nuestra confianza y fortaleza. Siglos de mensajes de género y estereotipos de roles sobre lo que se supone que las mujeres deben hacer, hacer y lucir, así como las autocomparaciones con los demás, han creado las historias principales que reproducen películas de dudas en nuestras mentes.Programa nuestra mente con poderosos hechizos como
«Soy fuerte»
«Soy mi mejor yo»
«Pertenezco aquí»
Estos son solo algunos ejemplos de los hábitos mentales de las mujeres seguras de sí mismas.
- Ella sabe su contribución
Una mujer segura de sí misma sabe cuáles son sus puntos fuertes. Se toma el tiempo para pulir no solo su apariencia e imagen, sino también para construir su propia base de habilidades, conocimientos e intereses. Cultiva su mundo interior, desarrolla hábitos de autorreflexión y superación, y cree en su capacidad para crear su propio entorno.
- Supervisa sus respuestas emocionales y elige las suyas.
Una mujer segura de sí misma se detiene antes de reaccionar y nota sus impulsos, emociones y desencadenantes. Sabe exactamente quién quiere ser y elige sus respuestas para alinearse con esa persona. Sus palabras y acciones, por lo tanto, no son defensivas ni reactivas.
- Aprende de, valora y conecta con los demás.
Una mujer segura de sí misma no necesita ser el centro de atención o la abeja reina. Está genuinamente interesada en los demás, aprecia sus contribuciones y aprende de todos.
- Ella compite consigo misma y se valida
Una mujer segura de sí misma no ganará compitiendo con otras y dejando que otras fracasen. Su aprobación proviene de un estándar dentro de ella, no de la comparación con los demás. Ganar no es su objetivo, lo son el aprendizaje continuo, la transformación, la contribución y el servicio.
La confianza va más allá del carácter, la arrogancia o la pose. Se manifiesta como resultado del acceso permanente a una fuente de energía más arraigada en lo más profundo de ti. Cuando nosotras, como mujeres, desarrollamos el hábito de conectarnos con este lugar, no solo somos mujeres más seguras.
Nos volvemos inquebrantables, imparables, memorables y podemos cambiar el mundo.
Si te interesa este tema, no te pierdas mi nuevo libro, Women’s Power Presence, publicado en abril de 2018.
Publicado originalmente en www.janetioli.com
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